En octubre de 2016, todo el mundo jurídico estalló con la noticia de que se había creado un algoritmo que adivinaba las decisiones del Tribunal de Estrasburgo con una probabilidad de hasta el 79%. Los creadores del algoritmo, científicos de EE.UU. y Gran Bretaña, confían en que con el tiempo sea demandado a la hora de seleccionar y clasificar los casos por su importancia.
¿Qué es: un experimento científico o el inicio de la revolución LegalTech?
Hoy en día, la tecnología de la información se está desarrollando de forma exponencial, lo que se aplica no sólo a la tecnología, sino también a las capacidades del software. Como resultado, la profesión jurídica, al igual que otras, está a punto de sufrir cambios significativos. Por ejemplo, a la hora de buscar información, los servicios informáticos ya están asumiendo la función de revisar un gran número de documentos que antes realizaban los abogados. Pero estos servicios también están preparados para sustituir a los humanos en otros ámbitos de la actividad jurídica, desde la redacción de documentos legales hasta la predicción del resultado de un pleito. Con ello, las máquinas inteligentes serán cada vez más eficientes en cuanto a sus funciones y costes. Y a diferencia de los humanos, pueden trabajar sin parar, sin dormir ni descansar. Este continuo perfeccionamiento tecnológico distingue los modelos basados en la inteligencia artificial de los anteriores modelos de desarrollo en el ámbito de la jurisprudencia. Esta diferencia define el fenómeno central al que se enfrentarán los abogados en las próximas décadas. Estos cambios son evidentes en todos los aspectos del ámbito jurídico: la aplicación de la ley, la ciencia jurídica y la educación. Las nuevas tecnologías cambiarán significativamente la percepción de la profesión jurídica; al hacerlo, muchos abogados se arruinarán y otros se beneficiarán. Dos categorías de abogados podrían beneficiarse especialmente de la tecnología. En primer lugar, son los miembros más destacados de la profesión los que se harán más reconocibles y podrán ampliar su influencia. En segundo lugar, están los abogados que podrían cambiar la organización de su trabajo y aprovechar los componentes de bajo coste que proporcionan las máquinas. Estos abogados podrían ampliar el mercado disponible para ellos a expensas de los clientes de clase media y de las pequeñas empresas. La tecnología podría afectar, al menos al principio, de forma poco significativa, a otras categorías de abogados, afectando tanto positiva como negativamente a sus funciones. En primer lugar, los abogados litigantes mantendrán su nicho altamente lucrativo porque los ordenadores no podrán hacer discursos en los tribunales en un futuro previsible. Sin embargo, los ordenadores probablemente reducirán el número de debates al ofrecer opciones para reconciliar a las partes. En segundo lugar, los asesores jurídicos que persuaden a los clientes para que actúen no perderán su importancia, ya que las máquinas no pueden crear conexiones emocionales con los clientes. Pero en cuanto a los miembros de base de la profesión que redactan testamentos y contratos estándar y comprueban la documentación, su destino es mucho más triste, ya que los ordenadores pueden realizar la mayoría de estas tareas rutinarias. Por lo tanto, el desarrollo de la tecnología que beneficia a los clientes será ambiguo para los abogados.
Áreas del derecho que se verán principalmente afectadas por la inteligencia artificial
Las nuevas tecnologías de la información ya han cambiado algunas de las funciones profesionales de un abogado, como la búsqueda de información sobre las circunstancias de un caso. Otras no se han visto prácticamente afectadas, como la preparación de los expedientes. Sin embargo, hay motivos para creer que también cambiarán porque la inteligencia de las máquinas ya está demostrando habilidades similares a las de los abogados en campos estrechamente relacionados, como el periodismo. Los expertos destacan las siguientes cinco áreas que cambiarán drásticamente con la inteligencia de las máquinas en breve:
- buscar información sobre las circunstancias de un caso,
- buscar precedentes,
- redacción de documentos,
- preparación de expedientes,
- predecir el resultado de un caso.
1. Recuperación de información de casos
La tecnología informática se usa más ampliamente en el caso de la recuperación de información, quizás porque este tipo de actividad es la aplicación de técnicas generales de búsqueda automática a bases de datos de documentos legales. En su forma más simple, la búsqueda electrónica, o e-search, es un proceso en el que una computadora busca en una base de datos palabras clave especificadas por humanos. Sin embargo, la búsqueda de palabras clave es una herramienta relativamente simple. Puede producir un conjunto de resultados tanto demasiado estrecho como demasiado amplio, ya que las palabras clave especificadas pueden estar ausentes en los documentos relevantes y estar presentes en los inadecuados. De hecho, este método es imperfecto. Sin embargo, también se permite que ocurran errores humanos e imprecisiones. La calidad de revisar una serie de documentos se ve reducida por la fatiga, la monotonía y otras debilidades que no son comunes a las máquinas. Como resultado, algunos tribunales han respaldado su uso como herramienta de búsqueda para ayudar a mejorar la toma de decisiones, señalando que su costo y desempeño son al menos tan razonables como los métodos tradicionales. Al igual que con otras tecnologías de la información, los métodos de búsqueda asistidos por computadora serán cada vez más precisos, más baratos y, por lo tanto, más generalizados.
2. Buscando precedentes
Durante siglos, los abogados han buscado y seleccionado precedentes para construir estrategias de casos. La inteligencia artificial no sólo podrá hacer este trabajo por los abogados, sino que también podrá hacerlo de forma más eficiente. Los primeros experimentos en este sentido se produjeron a mediados de la década de 1960, cuando el Colegio de Abogados del Estado de Ohio intentó crear un sistema electrónico para encontrar decisiones judiciales. Fue la base del sistema Lexis, que apareció en 1974. Westlaw llegó poco después, pero su funcionalidad era limitada porque no producía el texto completo de la sentencia. Lexis también era defectuoso porque contenía una base de datos incompleta de precedentes. Estas deficiencias se corrigieron más tarde, y Westlaw y Lexis son ahora las referencias en materia de software de búsqueda jurídica. Estos desarrollos se han convertido ya en un elemento esencial de la práctica jurídica, sustituyendo a formas menos eficientes de buscar en colecciones de precedentes. El ejemplo del robot Watson demuestra una innovación crucial: el cambio del uso de palabras clave a la búsqueda semántica. Con el desarrollo de la búsqueda semántica, esta limitación desaparecerá. La búsqueda semántica permitirá a los profesionales formular consultas a la máquina en lenguaje natural, y el ordenador responderá también en lenguaje natural sin reducir la relevancia de la información. Ya estamos viendo cómo el software jurídico estructura con mayor precisión los datos que componen el contenido de un pleito, centrándose más en los aspectos legales. Los casos jurídicos no son iguales en cuanto a su relevancia precedente: depende del peso que el precedente adquiere con el tiempo y de la opinión del tribunal y del juez que interpreta el precedente como más o menos persuasivo. La relevancia también depende del razonamiento en el que el jurista utiliza el precedente y del tribunal y el juez a los que presenta el caso. Así, aunque un abogado haya encontrado un precedente utilizando un ordenador, sólo depende de su juicio al utilizarlo. Pero la inteligencia de las máquinas también puede emitir juicios sobre la importancia de los precedentes. La inteligencia de las máquinas no sólo encontrará un precedente, sino que también incitará al abogado a utilizarlo, ya que la mayoría de los abogados no pueden evaluar exhaustivamente su fuerza ni retener todos los posibles precedentes en su memoria. El calendario de estas tecnologías depende del progreso general de los motores de búsqueda, ya que el campo de aplicación es mucho más amplio que el mercado de los servicios jurídicos. Se cree que la primera etapa, el perfeccionamiento de la búsqueda semántica para evaluar la solidez y la aplicabilidad de los precedentes, llegará en los próximos diez o quince años.
3. Documentos como formularios
Los formularios de documentos legales no son un fenómeno nuevo. Desde la Edad Media, los abogados han utilizado plantillas de reclamaciones legales para ayudar a mantener los costes bajos. Sin embargo, la inteligencia artificial está llamada a revolucionar la forma de redactar los documentos jurídicos. Lo más obvio es cambiar la plantilla del documento para que se adapte a la situación individual. Sin embargo, a medida que la tecnología y el software evolucionen, los formularios generados por ordenador serán cada vez más comunes en la práctica jurídica. Algunas empresas nuevas ya utilizan la inteligencia artificial para crear diversos documentos. En el futuro, la documentación también mejorará en el sentido de estar más conectada con los resultados de los pleitos. Con un sistema avanzado de datos enlazados, la máquina puede correlacionar los detalles de los contratos con todas las decisiones judiciales en las que aparecen, proporcionando así la base para la mejora continua de las formas jurídicas. Por supuesto, los abogados tendrán que examinar primero los documentos creados por la máquina. Pero incluso en esta fase, el ahorro de tiempo puede ser muy significativo. Por ejemplo, incluso hoy en día, el tiempo medio para preparar un paquete de documentos se ha reducido de 20-40 horas a sólo un par de horas. Cuando se diseña un gran paquete de documentos, el tiempo de compilación se reduce de días y semanas a horas.
4. Documentos como material para casos
La inteligencia artificial no se limitará a automatizar la redacción de formularios. Los formularios jurídicos son más fáciles de automatizar porque suelen requerir la introducción formal de datos. Al principio, estos documentos serán borradores que necesitan adiciones y ajustes. Sin embargo, los esquemas generados por ordenador pueden hacer que el trabajo de un abogado sea mucho más manejable, comparable al resultado de un asistente jurídico sin título de abogado. Con el tiempo, estos programas podrán crear borradores de documentos, así como conectarse a programas de búsqueda jurídica y extraer datos de ellos. Al igual que en el caso de la recuperación de datos jurídicos, se espera un progreso significativo en el desarrollo de estos programas durante los próximos quince años. Durante ese tiempo, los programas probablemente aprenderán a crear borradores de documentos. Al menos en el caso de las aplicaciones restringidas, se tardará una o dos décadas más en producir documentos totalmente elaborados.
5. Análisis jurídico
El análisis predictivo es un nuevo campo de la ciencia que analiza los datos para hacer predicciones. La potencia computacional permite recopilar y estructurar la información. A continuación, se pueden buscar patrones en esos datos. El aprendizaje automático ayuda a analizar patrones y a construir modelos. Con estos modelos, es posible predecir el desarrollo de situaciones que aún no se han producido basándose en los datos disponibles. El análisis predictivo es ahora muy demandado también en las empresas. Una de las tendencias más importantes de la última década es el uso de "big data" en la toma de decisiones. La información jurídica incluye patrones de hechos, precedentes y resultados de casos judiciales. En particular, la analítica jurídica puede predecir el resultado de un asunto, lo que permite a un abogado evaluar el trabajo de un pleito. Sin duda, los abogados evalúan implícitamente las perspectivas de un pleito cuando aconsejan a sus clientes que presenten o abandonen un caso. Pero su consejo se basa en la intuición y se limita a su experiencia directa o indirecta. La ventaja del análisis predictivo es que ofrece un mecanismo tanto para acceder a una gran cantidad de información como para procesar sistemáticamente esa información para predecir el resultado de un caso concreto. La analítica jurídica es una cosa del futuro próximo; los científicos y las empresas ya están trabajando para aplicarla. Por ejemplo, los politólogos han creado un modelo de toma de decisiones del Tribunal Supremo de EE.UU. basado en decisiones anteriores que es más preciso a la hora de predecir los resultados de los juicios que el equipo de expertos de ese tribunal. Puede que la analítica predictiva siga siendo imperfecta, capaz de hacer sólo predicciones aproximadas. Sin embargo, desplazará a algunos abogados cuyas predicciones serán aún menos precisas. O más bien, la analítica jurídica seguirá dejando algún papel a los abogados. El juicio de los especialistas puede dar peso a las predicciones realizadas por la inteligencia de las máquinas, incluso si esas predicciones son más precisas que las del especialista. Sin embargo, con el tiempo, la analítica jurídica disminuirá el valor de los juicios de los abogados, al menos en algunas áreas.
Tendencias futuras
Las áreas de la práctica jurídica estrechamente relacionadas con la recuperación de información, es decir, la búsqueda de información sobre las circunstancias de un caso, la búsqueda de precedentes, la creación de documentos como formularios y expedientes de casos, y la realización de predicciones sobre los resultados de los casos, constituyen un conjunto importante de trabajo para muchas profesiones jurídicas. En consecuencia, los abogados que se encargan de los elementos comunes de estos servicios experimentarán una creciente competencia de las máquinas. Además, a medida que muchos aspectos del derecho se conviertan en productos básicos gracias a la inteligencia artificial, la tecnología de la información hará que muchos servicios jurídicos sean más transparentes, lo que hará que los abogados tengan más poder en el mercado. El ejemplo más evidente de esta transparencia es la capacidad de los consumidores de comparar el coste de los servicios jurídicos. Pero también habrá nuevas plataformas que le permitirán comparar la calidad del trabajo jurídico. Ya hay empresas que comparan la eficacia de los distintos abogados basándose en los datos de que disponen. Algunas de estas innovaciones se producirán en las actividades tradicionales de un abogado, como la creación de nuevas formas de transacciones ordinarias o la generación de argumentos no convencionales. Además, los despachos de abogados pueden utilizar los ordenadores para trabajos auxiliares, reduciendo así sus costes de personal. En tercer lugar, para una serie de transacciones y procedimientos judiciales reales, incluso una pequeña mejora en el resultado de un caso supondrá un resultado favorable para los clientes. Si incluso la inteligencia artificial hace grandes progresos en la prestación de servicios, la participación de la inteligencia humana puede proporcionar el mejor trabajo. La inteligencia de las máquinas también puede ayudar a los abogados a aumentar el número de servicios que prestan en el sector de los precios bajos mediante la mejora de las habilidades o los aspectos organizativos. En la actualidad existe una gran necesidad de servicios jurídicos para personas de ingresos bajos y medios que no pueden permitirse contratar a un abogado a las tarifas actuales— estos van desde el asesoramiento a pequeñas empresas hasta la redacción de acuerdos prenupciales. Los abogados pueden redactar los formularios necesarios utilizando ordenadores, reduciendo así el coste de los servicios y haciéndolos más accesibles. En otras áreas del trabajo legal, los ordenadores pueden tener menos impacto. Por ejemplo, las máquinas no podrán comparecer ante los tribunales y, por tanto, no desplazarán a los especializados en la abogacía. Sin embargo, el efecto indirecto en este ámbito también afectará a los abogados litigantes. A medida que las predicciones sobre los resultados de los casos sean más precisas, el número de casos judiciales disminuirá, ya que es más probable que las partes lleguen a un acuerdo previo al juicio. El análisis jurídico no es lo único que hacen los abogados. También establecen una relación de confianza con sus clientes, con lo que consiguen que éstos se interesen a largo plazo por los servicios jurídicos, aunque el cliente no sea consciente de ese interés. Es poco probable que los ordenadores sean capaces de establecer esas conexiones y, por tanto, no afectarán de forma significativa a este aspecto fundamental de la relación entre el abogado y el cliente. Así pues, el efecto general de la introducción de la inteligencia artificial en la profesión jurídica será ambiguo. Especialmente problemática será la situación de los abogados de nivel medio y por debajo de la media sin una especialización estrecha. Para los consumidores, el desarrollo de la inteligencia artificial será muy beneficioso, ya que reducirá los precios y aumentará la transparencia de la profesión jurídica. Las clases media y baja se beneficiarán considerablemente, ya que podrán recibir servicios jurídicos a precios asequibles.
Ayuda en el trabajo de los abogados
Los miembros de la profesión jurídica reconocen e incluso utilizan activamente la tecnología informática como ayuda. Para fomentar este desarrollo, la American Bar Association (ABA) ha revisado sus normas para permitir, y en algunos casos incluso exigir, el uso de la inteligencia artificial. Al hacerlo, la ABA ha definido la posición de la inteligencia artificial como una herramienta como un ordenador o incluso como un asistente sin formación jurídica. Según esta interpretación, los abogados están obligados a utilizar la tecnología informática si es necesaria para prestar servicios cualificados o deseable si ayuda a mejorar la calidad de los servicios ofrecidos. Así, el dominio de la tecnología relacionada con la prestación de servicios jurídicos, incluida la tecnología de las máquinas, se convierte en una responsabilidad directa de todo abogado cualificado y en una característica importante de su nivel de competencia.
El creciente papel de la inteligencia artificial en los servicios jurídicos
El mercado de los servicios jurídicos electrónicos se encuentra en una fase relativamente temprana pero crucial de su desarrollo, que llevará a la inteligencia artificial a desempeñar un papel cada vez más importante en cinco ámbitos del trabajo jurídico: la búsqueda de información sobre casos, la investigación de la jurisprudencia, la redacción de documentos, la preparación de expedientes y el análisis predictivo. Con el tiempo, los ordenadores serán capaces de prestar estos servicios con mayor rapidez y eficacia que muchos abogados. Así, en última instancia, el desarrollo de la inteligencia de las máquinas romperá el monopolio de los abogados, beneficiando a los consumidores y a la sociedad a medida que los servicios jurídicos sean más transparentes y accesibles, al igual que la justicia en general.