Los robots no enferman: la robotización y el tiempo de las nuevas posibilidades como uno de los resultados de la pandemia

La crisis COVID-19 de la economía y, en especial, de la sanidad, ha acelerado notablemente el proceso de digitalización y, en particular, la robotización, convirtiendo esta última en una de las principales tendencias del desarrollo tecnológico. La pandemia ha puesto de manifiesto el grado de dependencia del factor humano. La necesidad de reducir esta dependencia obliga a muchas empresas a invertir fuertemente en robótica y a buscar nuevas oportunidades para utilizarla.

La pandemia de coronavirus estimula la transformación del mercado laboral

Muchos expertos señalan que los cambios en la robótica y la automatización serán impresionantes y supondrán un crecimiento activo. Al mismo tiempo, no es del todo correcto considerar que el objetivo principal de la robótica sea sustituir completamente a las personas por robots, ya que los robots aumentan la productividad de las personas, les ayudan a crear un entorno de trabajo más seguro y a mejorar su calidad de vida, además de ofrecer oportunidades de crecimiento profesional a los empleados y de conseguir trabajos mejor remunerados. La pandemia ha creado una demanda considerable de más robots que nunca. Ha acelerado drásticamente la automatización y la robotización en muchos ámbitos, incluso por razones de seguridad epidemiológica. Por ejemplo, tras el comienzo de la pandemia, se produjo un aumento de la demanda de robots de limpieza y desinfección. Y los grandes minoristas, como Amazon o Walmart, han ampliado notablemente el uso de robots en almacenes e instalaciones de clasificación. Según la Federación Internacional de Robótica, el número de robots cs (IFR) era de apenas un millón en 2009, y se necesitaron más de 50 años para crearlos. Sólo ocho años después, en 2017, la cifra era ya de 2 millones, y en 2020, de 3 millones de robots en todo el mundo. Cada año se venden en el mundo unos 300.000 robots diferentes. Las máquinas y las personas colaborarán. En 2022, habrá 58 millones de nuevos empleos relacionados con los robots y la inteligencia artificial. Así, el 43% de las empresas encuestadas en el estudio afirma que ya está dispuesto a reducir su plantilla gracias a los avances tecnológicos. Los analistas prevén que para 2025, el tiempo dedicado a las tareas laborales actuales por robots y humanos se igualará. Aunque al final seguirá habiendo más puestos de trabajo nuevos que los que destruirá la automatización, vemos una situación en la que los recortes de empleo se han acelerado y la creación de nuevos puestos de trabajo se ha ralentizado. Los empresarios afirman que en 2025 desaparecerán 85 millones de puestos de trabajo debido a la robótica, pero aparecerán 97 millones de nuevos empleos a medida que la relación entre máquinas, algoritmos y humanos cambie en el mercado laboral.

Digitalización y COVID-19: Tendencias tecnológicas en la pandemia

El proceso de digitalización será especialmente activo en áreas como la tecnología en la nube, el procesamiento de grandes datos (Big Data) y el comercio por Internet. Pero aunque estas áreas han sido durante mucho tiempo líderes en la digitalización y la robotización, recientemente se han unido a sitios como la codificación, el trabajo con inteligencia artificial y el desarrollo de robots no humanoides. La pandemia de COVID-19 no sólo ha enfrentado a la sociedad con nuevos problemas globales, sino que también ha provocado el desarrollo de áreas como los pagos en línea, la telemedicina y la robotización. Estas tecnologías ayudan a reducir la propagación del coronavirus al tiempo que permiten a las empresas mantener sus operaciones. Además, estas tecnologías pueden ayudar a la sociedad a ser más flexible y resistente a las pandemias y otras amenazas. La tecnología desempeña un papel vital en la estabilización de la sociedad en cuarentena y aislamiento forzoso durante una pandemia, y también puede tener un impacto a más largo plazo después de COVID-19.

"Trabajo peligroso"

Durante una pandemia, "trabajo peligroso" es cualquier trabajo que implique el contacto con otras personas. La demanda de robots capaces de realizar trabajos humanos ha aumentado drásticamente en todo el mundo. Según las estadísticas relacionadas con la robótica para enfermedades infecciosas,"robots de diversos tipos han participado directamente en la lucha contra la epidemia en al menos 33 países. A causa del coronavirus, el alcance de su uso se ha ampliado considerablemente. Nunca antes se habían utilizado robots para una gama tan amplia de tareas. La gente que solía pensar que era una estupidez utilizar robots para repartir comida, ahora los utiliza para comprar sus alimentos. Y las pequeñas empresas también han empezado a utilizar robots.


Robots de respuesta rápida

Muchos expertos en robótica, acostumbrados a la preocupación del público por la seguridad, la privacidad y la pérdida de puestos de trabajo, se sorprendieron de la rapidez con que ha cambiado la actitud hacia los robots. Los procedimientos que solían durar seis meses se aceleraron enormemente durante COVID-19, y la normativa se relajó. Al principio de la pandemia, había una gran necesidad de robots en hospitales y clínicas. En Europa, Asia y Norteamérica aumentó la demanda de robots para desinfectar las habitaciones y conectar a los pacientes con los médicos y familiares. Los servicios de seguridad utilizaron robots terrestres y aéreos para desinfectar zonas públicas y rastrear a las personas que infringían el autoaislamiento. Muchas empresas de atención domiciliaria tuvieron que despedir a sus empleados porque, en caso de pandemia, la mayoría de los jubilados temían entrar en contacto con humanos. Asimismo, los hospitales y otros centros sanitarios trataron de mantener el número de personal al mínimo para evitar el riesgo de infección. El coronavirus hizo que los responsables de las clínicas se dieran cuenta de lo importante que era que el personal se ocupara de sus funciones principales sin distraerse con tareas extrañas. A raíz de la pandemia, la gente se ha vuelto más tolerante con los robots, y los especialistas en robótica, a su vez, han aumentado su sensibilidad hacia las necesidades de la gente corriente.

Las principales tendencias tecnológicas y su impacto en la economía y la empresa

1. Comercio en línea y entrega robotizada

A finales de 2002, el brote de SARS (síndrome respiratorio agudo severo) provocó un importante crecimiento de las plataformas de comercio online en China, tanto en el sector b2b como en el b2c. Del mismo modo, COVID-19 ha transformado las ventas en línea, que han pasado de ser una ventaja añadida a una necesidad absoluta para las empresas de todo el mundo. Por ejemplo, algunos bares y restaurantes han pasado a ofrecer promociones de hora feliz para pedidos y entregas en línea durante los períodos de cuarentena. Un sistema logístico robusto debe apoyar siempre las ventas en línea. Dicho esto, la entrega por mensajería no es segura en cuanto a la amenaza de transmisión de virus. Por ello, muchas empresas de reparto y restaurantes de EE.UU., China y otros países han lanzado servicios de entrega sin contacto en los que la transferencia del pedido no se realiza mano a mano, sino en un lugar concreto, sin contacto humano directo. En muchos casos, se utilizaron inicialmente robots para el reparto de comida. Sin embargo, esta práctica se extendió más tarde a la entrega de medicamentos, otros bienes necesarios e incluso cargas especiales, paquetes y documentos. Los gigantes chinos de la esfera del comercio electrónico han aumentado considerablemente el ritmo de desarrollo de los sistemas de entrega robotizados. Paralelamente, se han puesto en marcha procesos para formar protocolos claros que garanticen la seguridad sanitaria de los productos entregados.

2. Pagos electrónicos y sin contacto

Los billetes en efectivo pueden facilitar la propagación del virus. Por ello, importantes bancos de Estados Unidos, China y Corea del Sur han presentado diversas medidas para garantizar la seguridad de los billetes antes de que entren en circulación. Los métodos de pago recomendados para evitar la propagación de COVID-19 eran los pagos electrónicos, como las tarjetas bancarias, los monederos electrónicos, etc. Los pagos electrónicos permiten realizar compras en línea, pagar bienes, servicios, utilidades e incluso deducciones fiscales. Sin embargo, el Banco Mundial informa de que más de 1.700 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso directo a los pagos electrónicos. Su accesibilidad depende, en particular, de la cobertura de Internet y de la disponibilidad de los dispositivos necesarios para la retirada de efectivo.

3. Trabajo a distancia

Muchas empresas aconsejan a sus trabajadores trabajar a distancia. Tecnologías como las VPN (redes privadas virtuales), la VoIP (voz sobre IP), las conferencias virtuales, la tecnología en la nube, las herramientas de colaboración e incluso la tecnología de reconocimiento facial permiten que los fondos virtuales protejan la privacidad del hogar. Dicho esto, además de prevenir la propagación del coronavirus, el trabajo a distancia ahorra tiempo de desplazamiento y proporciona una mayor flexibilidad en el horario de trabajo para el empleado. Sin embargo, el trabajo a distancia puede plantear retos adicionales para los empresarios y los empleados. Garantizar la seguridad de la información, la protección de la privacidad y la asistencia técnica oportuna puede ser problemático, como han demostrado las recientes demandas colectivas contra Zoom. Además, el trabajo a distancia puede exacerbar los conflictos de la legislación laboral, como la seguridad en el lugar de trabajo o los problemas fiscales de los empleados. Los trabajadores también pueden experimentar problemas relacionados con la soledad y la falta de equilibrio entre el trabajo y la vida privada. Supongamos que el trabajo a distancia se hace más común después de que termine la pandemia de COVID-19. En ese caso, es probable que haya más oportunidades para que los empresarios contraten mano de obra más barata de las regiones, además de ahorrarse los costes asociados al alquiler. Se necesitará un marco legal actualizado, así como más estudios psicológicos para determinar el impacto del trabajo a distancia en las personas. Al mismo tiempo, no todos los trabajos pueden realizarse desde casa, lo que provoca desigualdades. La Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos notificó que aproximadamente el 25% de los trabajadores trabajaron a distancia ocasionalmente en 2017-2018. Por el contrario, los empleados con un título universitario tienen cinco veces más probabilidades de conseguir puestos de trabajo a distancia que los empleados con solo un diploma de secundaria. Algunos campos, como la medicina o la fabricación, no implican oportunidades de trabajo a distancia. Las normas que rigen la transferencia de datos, así como la fiscalidad, pueden necesitar una revisión si el número de servicios digitales transfronterizos crece de forma significativa.

4. Formación a distancia

A mediados de abril de 2020, 191 países habían anunciado la suspensión del aprendizaje en escuelas y universidades, afectando a un total de al menos 1.570 millones de estudiantes. Muchas instituciones educativas han empezado a ofrecer cursos en línea para evitar verse afectadas por las medidas de cuarentena. El aprendizaje en línea utiliza el mismo tipo de herramientas que el trabajo a distancia. Entre ellas están la tecnología de realidad virtual, la realidad aumentada, la impresión en 3D y el uso de robots con inteligencia artificial como profesores. Uno de los problemas del aprendizaje en línea es que la tecnología puede aumentar las desigualdades entre las personas, tanto en términos de preparación digital como en sentido patrimonial. Además, el aprendizaje a distancia puede crear presiones económicas sobre los padres, en su mayoría mujeres, que se ven obligadas a permanecer en casa y cuidar de sus hijos, lo que puede provocar una disminución de su productividad en el trabajo.

5. Telemedicina

La telemedicina puede ser una forma eficaz de prevenir la propagación del COVID-19 al tiempo que se preservan plenamente los procesos de atención primaria. Los dispositivos personales de IoT que se pueden llevar puestos pueden monitorizar las constantes vitales. Los chatbots pueden hacer diagnósticos iniciales basados en los síntomas proporcionados por el paciente. Además, durante la pandemia, muchos hospitales contaban con empleados que tomaban la temperatura de los visitantes en la entrada. Los robots informaban a los visitantes de su temperatura y podían medir los niveles de oxígeno y glucosa en sangre de forma no invasiva, sin agujas ni dolor. También podían determinar la capacidad respiratoria con un espirómetro y la presión arterial con un tonómetro. Además, se utilizaron terminales especiales para controlar la temperatura corporal de las personas en diferentes instituciones. La medición se realiza sin contacto y en cinco segundos, y el error es de 0,2 grados centígrados. Estos terminales se aplicaron en Estados Unidos, Grecia, Alemania y otros países. Una modificación más avanzada puede bloquear el salto de personas con temperaturas elevadas. Reconoce la cara de una persona con una temperatura superior a 37 grados y envía una alarma al sistema de seguridad. A partir de ahí, se bloquea el paso. Para reducir el riesgo de infectar al personal de enfermería, surgió la necesidad de automatizar las pruebas de COVID a un gran número de personas. Se han creado máquinas que pueden frotar suavemente la boca de un paciente para analizar el coronavirus. El robot tiene el aspecto de un brazo montado en un marco particular con un sistema de visión por ordenador y una "mano" impresa en 3D para tomar las muestras. Otros robots podrían tomar ellos mismos hisopos nasales para analizar el COVID-19. En este caso, el robot utiliza la tecnología de reconocimiento facial para determinar la ubicación exacta de las fosas nasales. El biomaterial va a un contenedor sellado que es seguro para transportarlo al laboratorio. Durante la pandemia en Japón, la demanda de robots sociales aumentó. Por ejemplo, uno de los modelos de robot tenía forma de gato cojín. Si se le acaricia, mueve la cola como respuesta. Se inventó un robot para quienes quieren tener una mascota pero no pueden por alergias, viajes frecuentes u otras razones. Contra la pandemia, el robot terapéutico empezó a ser adquirido por quienes tenían dificultades para aislarse. Sin embargo, la telemedicina debe ser pagada por los seguros de salud en los países donde el coste es considerable. Su ejecución requiere, entre otras cosas, una cierta alfabetización tecnológica y una conexión fiable a Internet. Es fundamental tener en cuenta que, dada la estricta regulación del ámbito médico en varios países, en la mayoría de los casos los médicos sólo pueden atender a pacientes en la misma jurisdicción. En el momento de su desarrollo, las normas del campo médico no contemplaban las posibilidades y especificidades de la telemedicina.

6. Entretenimiento en línea

Aunque las medidas de cuarentena han reducido considerablemente las interacciones interpersonales, los esfuerzos creativos de la gente han trasladado el entretenimiento a la esfera online. Las "raves en la nube" y las retransmisiones de conciertos online están ganando impulso en todo el mundo; los cineastas chinos están estrenando películas online, y los museos y sitios del patrimonio cultural ofrecen visitas virtuales. El tráfico de videojuegos en línea se ha disparado desde el comienzo de la epidemia.

7. Cadena de suministro 4.0

El COVID-19 causó problemas en la cadena de suministro mundial. Muchas industrias se cerraron por completo cuando se aplicaron restricciones de autoaislamiento y cuarentena. Mientras aumentaba la necesidad de alimentos y equipos de protección personal, algunas naciones pusieron diversas restricciones a la exportación. La gran dependencia del papeleo, la falta de transparencia de los datos y la limitada diversidad y flexibilidad hicieron que la cadena de suministro existente fuera vulnerable a cualquier pandemia. Al mejorar la precisión de los datos y promover el intercambio de los mismos, las principales tecnologías de la Cuarta Revolución Industrial, como la computación en la nube, el big data, el Internet de las cosas y el blockchain, ayudan a construir un sistema de gestión de la cadena de suministro más resistente.

8. Impresión 3D

La tecnología que utiliza la impresión 3D se ha utilizado para reducir la crisis de la cadena de suministro y los efectos de las prohibiciones de exportación. La impresión 3D proporciona flexibilidad en el proceso de producción: una sola impresora puede producir diferentes productos, según el diseño y los materiales utilizados, y las piezas pueden fabricarse rápidamente sin necesidad de largos procesos de adquisición y entrega. Sin embargo, la producción en masa mediante la impresión 3D se enfrenta a varios obstáculos. En primer lugar, puede causar problemas de propiedad intelectual si una patente protege las piezas producidas. En segundo lugar, la producción de algunos productos, como las mascarillas quirúrgicas, está sujeta a normativas que pueden requerir largas aprobaciones. Otras cuestiones no resueltas hasta ahora son la protección de los derechos de diseño, su lugar de origen y el impacto en el comercio, y la responsabilidad por la calidad de los productos impresos en 3D producidos.

9. Robotización y drones

COVID-19 hizo que el mundo fuera consciente de nuestra dependencia de las interacciones humanas en todos los procesos. Las empresas más afectadas fueron las que se dedican a procesos que requieren mucha mano de obra, como el comercio minorista, la producción de alimentos, la industria y la logística. COVID-19 dio un importante impulso al uso de robots y a la investigación en robótica. En las últimas semanas se han utilizado robots en muchos procesos, desde la desinfección de superficies hasta la entrega de alimentos a personas en cuarentena. También se han aplicado drones para pasear perros y suministrar mercancías, incluidas las pruebas de coronavirus de los hospitales a los laboratorios. Los drones se han utilizado en China para desinfectar hospitales y otras instituciones. Se mueven de forma autónoma por los pasillos, suben y bajan de los ascensores y desinfectan las habitaciones por sí solos sin intervención humana. Cada robot está equipado con potentes lámparas ultravioletas que destruyen el ADN o el ARN de cualquier microorganismo.

10. 5G y tecnologías de la información y la comunicación (TIC)

Las tendencias tecnológicas mencionadas dependen de una Internet estable, de alta velocidad y asequible. A medida que el 5G demuestra su importancia en los procesos de monitorización y consulta médica a distancia, el despliegue de la conectividad 5G en Europa se ha retrasado hasta que sea más necesario. La transición al 5G conllevará un aumento del coste de los dispositivos asociados y de las tarifas de comunicación. Abordar estos problemas en el acceso universal a Internet seguirá siendo un reto en medio de la difusión mundial de la conectividad 5G.

La importancia de la robótica y la preparación para la digitalización


COVID-19 supuso un impulso para las ideas innovadoras en la industria de la robótica. Varias empresas aceleraron el desarrollo de sus dispositivos, aumentaron la producción o presentaron nuevas tecnologías al mundo. La pandemia demostró la importancia de la robotización y la digitalización, permitiendo que las empresas trabajen y la vida cotidiana fluya de la manera más familiar posible en un entorno pandémico. Para que las empresas y los países sigan siendo competitivos en un mundo pospandémico será fundamental desarrollar el marco necesario para sostener un mundo digital, seguir siendo relevante en medio de la rápida evolución de la tecnología, y un enfoque centrado en el ser humano e inclusivo para gestionar el desarrollo tecnológico. Según la BBC, se calcula que unos 200 millones de personas han perdido su empleo debido a la COVID-19. Sin embargo, la carga financiera suele recaer en los miembros más vulnerables de la sociedad. La digitalización y la pandemia han acelerado la creación de nuevos puestos de trabajo. Mitigar el impacto sobre la mano de obra y las poblaciones vulnerables es un reto al que se enfrentan todas las empresas y naciones. Abordar este reto requiere una atención especial y un enfoque oportuno y centrado en las personas. En esta situación, las autoridades deben proporcionar a tiempo la formación y la protección social adecuadas para que la mano de obra se adapte a los cambios.